El cannabis ha sido utilizado con fines medicinales durante miles de años y solo fue a finales del siglo XIX y principios del XX que la sociedad comenzó a considerar la sustancia como algo peligroso que necesitaba ser prohibido. En la mayoría de los casos, estas ideas se basaron en la discriminación y la xenofobia hacia sectores de la población que usaban la planta con fines recreativos. Pero independientemente de la causa de la prohibición, el hecho es que desde que se declaró ilegal, hemos estado perdiendo la oportunidad de investigarlo y descubrir antes de lo que lo hicimos, que el cannabis es una gran herramienta para tratar el cáncer.

Muerte de células cancerosas

Una de las principales razones por las que el cannabis es efectivo para tratar el cáncer es porque mata las células cancerosas a través de un proceso conocido como apoptosis, o muerte celular programada. Los cannabinoides THC y CBD (que se encuentran en la planta de marihuana) han demostrado tener la capacidad de activar receptores en el sistema endocannabinoide de nuestro cuerpo, lo que desencadena una serie de eventos que hacen que las células cancerosas mueran. Además, estos cannabinoides también pueden inhibir el crecimiento de las células cancerosas al evitar que formen nuevos vasos sanguíneos.

Reducción del vómito y la náusea

Además de sus propiedades anticancerígenas, se ha descubierto que el cannabis es efectivo para reducir algunos de los síntomas asociados con el tratamiento. La quimioterapia es uno de los tratamientos más comunes para el cáncer, pero como la mayoría de las personas sabe, puede causar una serie de efectos secundarios, como náuseas, vómitos y pérdida de apetito. Se ha descubierto que el cannabinoide THC es efectivo para reducir la náusea y el vómito, así como para estimular el apetito. Esto puede mejorar la calidad de vida de los pacientes con cáncer y facilitarles la tolerancia a la quimioterapia.

Reducción del dolor

Se sabe que el THC y el CBD pueden reducir el dolor mediante la regulación a la baja de la respuesta de nuestras neuronas (células cerebrales). Para los pacientes con cáncer esto es importante porque puede ayudar a reducir la inflamación y modular las señales de dolor, lo que puede aliviar tanto el dolor relacionado con el cáncer como el dolor asociado al tratamiento. Además, algunos cannabinoides, como el THC, también pueden producir una sensación de euforia o relajación, lo que puede ayudar aún más a aliviar el dolor y mejorar el bienestar general y el estado de ánimo durante el difícil proceso.

Métodos de uso del cannabis

A pesar de los hallazgos prometedores sobre el uso del cannabis en el tratamiento del cáncer, todavía hay muchas preguntas que quedan por responder. Uno de los mayores desafíos es determinar la dosis y el método de administración óptimos para los tratamientos basados en cannabis. Los diferentes cannabinoides tienen diferentes efectos, y la dosis óptima para un paciente puede no ser la misma que para otro. Además, el método de administración también puede afectar la eficacia de los tratamientos basados en cannabis. Por ejemplo, fumar cannabis puede ser perjudicial para los pulmones, por lo que otros métodos de administración, como aceites, tinturas y comestibles, pueden ser preferibles.

Estado legal

Otro desafío es el estado legal del cannabis. Si bien el cannabis se ha legalizado para uso médico en muchos países, incluidos Canadá, Estados Unidos y varios países europeos, todavía es ilegal en muchas partes del mundo. Esto dificulta que los investigadores realicen ensayos clínicos y que los pacientes accedan a tratamientos basados en cannabis. Afortunadamente, aquí en España, y más precisamente en Barcelona, tenemos acceso a asociaciones cannábicas y weed clubs legales donde podemos conseguir todo tipo de productos de cannabis. Solo recuerda que cuando se trata de algo relacionado con la salud, debes consultar a tu médico y seguir sus indicaciones con respecto a qué productos y dosis debes consumir.

Conclusión

El cannabis ha mostrado ser una opción prometedora para el tratamiento del cáncer. Sus propiedades anti-cancerígenas y su capacidad para reducir los síntomas asociados con el tratamiento del cáncer lo convierten en una opción prometedora para los pacientes. Sin embargo, aún se necesita mucha investigación para determinar la dosis y el método de administración óptimos para los tratamientos a base de cannabis, y para comprender completamente los riesgos y beneficios de usar cannabis en el tratamiento del cáncer. Esperamos que ahora que el mundo está cambiando lentamente sus políticas sobre la legalidad del cannabis, los derivados de la marihuana puedan convertirse en una herramienta importante en la lucha contra el cáncer.

 

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